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La leyenda de Mictlán y el origen del Día de Muertos

La leyenda de Mictlán y el origen del Día de Muertos

Una de las tradiciones mexicanas, más reconocidas en el mundo.

El Día de Muertos es una de las tradiciones más representativas de México, que combina elementos de las culturas prehispánicas y católicas. Cada año, los mexicanos honramos a nuestros difuntos con ofrendas, flores, velas, música y comida, creando una atmósfera de alegría y respeto por la vida y la muerte.

Pero ¿de dónde surge esta celebración? ¿Qué significado tiene el Mictlán, el lugar donde van las almas de los muertos según la cosmovisión mesoamericana? Esta es la leyenda que dio origen al Día de Muertos y cómo se relaciona con la forma en que México ve a la muerte.

¿Qué es el Mictlán?

El Mictlán es el nombre que le daban los mexicas al inframundo, el lugar del descanso eterno para las almas de quienes se adelantaron en el camino. El Mictlán estaba gobernado por Mictlantecuhtli y Mictlancíhuatl, señor y señora de la muerte, quienes decidían el destino de cada alma según la forma en que había muerto.

Para llegar al Mictlán, las almas debían atravesar nueve niveles descendentes, cada uno con sus propios desafíos y guardianes. El viaje duraba cuatro años y requería de la ayuda de un perro pardo que guiaba al alma por el río Apanohuacalhuia, el primero de los obstáculos.

Los nueve niveles del Mictlán eran los siguientes:

– Itzcuintlán: El lugar de los perros, donde el alma debía cruzar el río con la ayuda de su perro.

Tepeme Monamictlán: El lugar donde se encuentran las montañas gemelas que chocan entre sí, donde el alma debía pasar sin ser aplastada.

Itztepetl: El lugar donde hay una montaña cubierta de obsidiana afilada como navajas, donde el alma debía escalar sin cortarse.

Iztlacihuatl: El lugar donde hay una montaña blanca como la nieve, donde el alma debía resistir el frío y el hambre.

Panzacualco: El lugar donde hay una bandera hecha con plumas de colibrí, donde el alma debía ofrecer sus propias plumas como tributo.

Timiminaloyan: El lugar donde se flechan a las almas, donde el alma debía esquivar las flechas lanzadas por los dioses.

– Teocoyocualloa: El lugar donde se da vuelta al corazón del coyote, donde el alma debía dejar su corazón en un recipiente.

– Izmictlán Apochcalocan: El lugar donde se deshacen los huesos, donde el alma debía entregar sus huesos a los dioses para ser molidos.

– Chicunamictlán: El lugar final del descenso, donde el alma debía enfrentarse a Mictlantecuhtli y Mictlancíhuatl para obtener su permiso para entrar al descanso eterno.

¿Cómo se relaciona el Mictlán con el Día de Muertos?

La leyenda del Mictlán refleja la concepción que tenían los pueblos mesoamericanos sobre la vida y la muerte como un ciclo continuo y complementario. La muerte no era vista como un final trágico, sino como una transformación necesaria para renacer en otra forma.

Los mexicas creían que cada año, durante los meses de julio y agosto (que corresponden al noveno mes del calendario mexica llamado Tlaxochimaco), los dioses permitían que las almas regresaran al mundo de los vivos para visitar a sus familiares y amigos. Durante estos días, los mexicas les rendían homenaje con ofrendas, música, danza y comida.

Con la llegada de los españoles y la imposición del catolicismo, esta tradición se fusionó con las festividades de Todos los Santos y Fieles Difuntos, que se celebran el 1 y 2 de noviembre. Así, el Día de Muertos adoptó elementos de ambas culturas, como las cruces, las velas, las calaveras, las flores de cempasúchil y el pan de muerto.

El Día de Muertos es una forma de recordar y honrar a los que ya no están con nosotros, pero también de celebrar la vida y la esperanza de reencontrarnos algún día. Es una expresión de la identidad y la diversidad cultural de México, que ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Las ofrendas del Día de Muertos

Una de las principales tradiciones del Día de Muertos es la creación de ofrendas. Las ofrendas son arreglos florales, alimentos, bebidas y objetos personales que se colocan en las tumbas de los difuntos o en los altares de las casas.

Las flores más comunes utilizadas en las ofrendas son las cempasúchil, que son flores amarillas que simbolizan la vida y la luz. También se utilizan otras flores, como las marigolds, las rosas y las gladiolas.

La flor de cempasúchil es una planta originaria de México, cuyo nombre proviene del náhuatl «cempoalli», que significa veinte, y «xóchitl», que significa flor. Su color amarillo o anaranjado simboliza el sol, que en la cosmovisión mesoamericana era el guía de las almas de los muertos. Por eso, esta flor se usa en la tradicional celebración del Día de Muertos, que se realiza el 1 y 2 de noviembre en todo el país.

La flor de cempasúchil también se usa para hacer senderos o tapetes que marcan el camino de las almas hacia los altares. Se cree que el aroma y el color de la flor atraen a los espíritus y les dan la bienvenida al mundo de los vivos.

La flor de cempasúchil es una expresión viva de la cultura mexicana, que refleja el respeto y el cariño por los muertos, así como la alegría y el colorido de la vida. Es una flor que nos invita a celebrar nuestra identidad y nuestra historia, y a recordar a nuestros seres queridos con gratitud y esperanza.

Los alimentos que se colocan en las ofrendas suelen ser los favoritos de los difuntos. Algunos de los alimentos más comunes son el pan de muerto, las calaveritas de azúcar, los tamales, los mole y los dulces.

Los objetos personales que se colocan en las ofrendas suelen ser aquellos que el difunto utilizaba en vida. Estos objetos pueden ser juguetes, ropa, fotografías o herramientas.

El Día de Muertos en la Ciudad de México

La Ciudad de México es uno de los mejores lugares para celebrar el Día de Muertos. La ciudad cuenta con una rica tradición en esta celebración, y hay muchos eventos y actividades que se llevan a cabo durante este tiempo.

Algunos de los lugares más populares para visitar durante el Día de Muertos en la Ciudad de México son el Centro Histórico, el Zócalo y el Panteón de Dolores.

En el Centro Histórico, se puede visitar el Museo del Templo Mayor, donde se pueden ver las ruinas del Templo Mayor de los mexicas. También se puede visitar el Museo de la Ciudad de México, donde se exhiben piezas de arte y artefactos relacionados con el Día de Muertos.

En el Zócalo, se lleva a cabo una gran celebración del Día de Muertos, con ofrendas, música y danzas.

El Panteón de Dolores es el cementerio más grande de la Ciudad de México, y es un lugar popular para visitar durante el Día de Muertos. El cementerio está decorado con flores y ofrendas, y hay muchas actividades y eventos que se llevan a cabo.

El Día de Muertos es una celebración única y especial que representa la riqueza cultural de México. Es una gran oportunidad para honrar a los seres queridos que ya no están con nosotros, y para celebrar la vida y la muerte.

1 Comentario


  1. Marife Maya Pérez

    Gracias por esta información que es byeno conocerla y difundirla para no perder nuestras tradiciones.

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