¿Cuántas veces has caminado o circulado por Coapa en la Ciudad de México, entre la multitud de taquerías y antros, el bullicio de los tianguis y el inconfundible olor a antojitos?
En medio de toda esa vorágine habrás encontrado una joya arquitectónica que parece salida de un sueño, o de una película de Tim Burton. Estamos hablando de la famosa Casa Chueca, una obra maestra de la arquitectura que reta las leyes de la física y el sentido común.
La historia de la Casa Chueca comienza en los años setenta, cuando un valiente hombre llamado Eligio Salazar decidió que quería algo diferente para su hogar. Eligio no quería una casa común y corriente, así que contrató al arquitecto Humberto Aguilar, un egresado de la UNAM de la generación del 64, conocido por su espíritu inquieto y su amor por romper las reglas. Eligio le dio a Humberto una instrucción simple pero desafiante: «Haz algo diferente».
Inspirado por su propio deseo de salirse de lo convencional, Humberto Aguilar diseñó una casa que parece estar inclinada a 45 grados. Desde el exterior, la casa da la impresión de haber sido clavada diagonalmente en el suelo, creando una ilusión óptica que ha dejado a más de uno rascándose la cabeza. Las piezas de concreto dispuestas en ángulos vertiginosos contribuyen a esta sensación de inestabilidad que hace honor a su apodo: Casa Chueca.
Al principio, Eligio Salazar no estaba del todo convencido con el resultado. Pero todo cambió cuando estudiantes de arquitectura comenzaron a visitar la casa, intrigados por su diseño audaz y su estructura innovadora. Incluso Televisa se interesó en este peculiar edificio, lo que convirtió a Eligio en el propietario más orgulloso de Coapa. La Casa Chueca pasó de ser una curiosidad arquitectónica a un ícono local, atrayendo la atención de turistas y locales por igual.
Hoy en día, la Casa Chueca sigue siendo una atracción imperdible en Coapa. Ubicada en Prolongación División del Norte 4464, en la Colonia Prado Coapa. Aunque no se puede entrar a la casa, su peculiar fachada sigue fascinando a todos los que pasan por ahí. La casa se ha convertido en un lugar de peregrinación para estudiantes de arquitectura, turistas curiosos y amantes de lo excéntrico. Muchos sueñan con que algún día se organice una fiesta en su interior y se abran sus puertas al público.
El arquitecto Humberto Aguilar, ahora en sus ochenta años y residiendo en Quintana Roo, sigue activo en su profesión. A lo largo de su carrera, ha creado otras obras notables como la Casa Popular de San Jerónimo y el Panteón Jardines del Recuerdo, pero ninguna tan famosa ni tan comentada como la Casa Chueca.
Diseñar y construir una casa con ángulos muy inclinados como los de la Casa Chueca de Coapa presenta una serie de desafíos funcionales y prácticos que deben ser considerados detenidamente. Entrevistamos al arquitecto Fermín Gasca, reconocido académico especialista en Diseño Interior y proyectista, para analizar la viabilidad y funcionalidad de este tipo de construcción desde diversas perspectivas:
“Desde una perspectiva profesional como arquitecto, considero que la Casa Chueca de Coapa presenta una propuesta única y atrevida que es más adecuada como un espacio de admiración arquitectónica o un símbolo cultural que como una vivienda práctica para el día a día”.
Pregunta: Arquitecto, ¿qué tan conveniente es un diseño, que si bien, es icónico, a que desafíos se puede enfrentar?:
Arq. F.A.: Claro, la inclinación de la casa es visualmente impactante, lo que la convierte en un ícono arquitectónico. Sin embargo, estas características pueden dificultar la funcionalidad cotidiana. Los espacios abruptamente cortados por ángulos inclinados podrían limitar la flexibilidad para distribuir muebles o realizar actividades cotidianas de manera cómoda.
Pregunta: La interacción con la luz y el entorno, son elementos indispensables para coexistencia en los espacios de una vivienda ¡Que problemas pueden surgir en este tipo de construcciones?
Arq. F.A.: La forma inclinada podría proporcionar oportunidades interesantes para aprovechar la luz natural o vistas específicas, pero también puede generar áreas oscuras o con iluminación irregular, lo que podría requerir soluciones adicionales en diseño de interiores.
Pregunta: ¿Qué tan practico resultan los espacios resultantes con muros inclinados a 45° para la vida diaria?
Arq. F.A.: Las paredes inclinadas y los medios niveles, aunque visualmente llamativos, pueden reducir significativamente la cantidad de espacio utilizable. Esto afecta la habitabilidad, especialmente para familias o usuarios que buscan un hogar funcional en lugar de uno meramente estético.
– ¿Qué complejidad se pueden enfrentar, a la hora de seleccionar el mobiliario?
Arq. F.A.: Los muebles estándar pueden no adaptarse fácilmente a los ángulos inusuales, lo que obligaría a crear muebles personalizados, incrementando los costos y limitando las opciones de diseño interior.
– En cuanto al mantenimientos y los servicios, ¿Cuáles son las consideraciones a tomar?:
Arq. F.A.: El diseño no convencional puede complicar la instalación y mantenimiento de sistemas esenciales como plomería, electricidad y en un momento dado a la calefacción. Las reparaciones también pueden ser más costosas debido a la necesidad de soluciones personalizadas.
Pregunta: ¿Qué sensación podría sentir una persona que habita estos espacios?
Arq. F.A.: La inclinación puede generar una percepción psicológica de inestabilidad en algunos usuarios, afectando la sensación de confort y seguridad. Aunque estructuralmente sólida, esta percepción puede ser un desafío para quienes buscan tranquilidad en su hogar.
Pregunta: ¿Cómo sería la adaptación de las personas, al uso de un entorno de estas características?
Arq. F.A.: Si bien la casa es ideal para eventos o como espacio cultural, adaptarla como residencia permanente podría ser menos viable, a menos que se rediseñe el interior para mejorar su funcionalidad.
Pregunta: Muchas gracias por la entrevista Arquitecto, para finalizar, ¿cuáles son sus conclusiones de cómo sería vivir en la Casa Chueca?
Arq. F.A.: Vivir en la Casa Chueca puede ser emocionante y único, pero no necesariamente práctico para una residencia diaria. Como arquitecto, recomendaría este tipo de diseño para proyectos específicos como galerías, museos, o espacios destinados a fines culturales o comerciales, quizá un restaurante o una cafetería con estas características sería una experiencia inmersiva. Si se considera como vivienda, sería esencial optimizar los espacios interiores para mejorar la funcionalidad, lo que podría requerir una inversión significativa.
La Casa Chueca es una obra maestra que desafía las normas arquitectónicas, pero su diseño es más apropiado para admiración que para habitarla en el día a día. Sin embargo, con las modificaciones adecuadas, podría adaptarse a las necesidades de un propietario dispuesto a vivir en una obra de arte arquitectónica.