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El audaz robo del Códice Tonalámatl Aubin.

El audaz robo del Códice Tonalámatl Aubin.

José Luis Castañeda del Valle arriesga su libertad para regresarlo a México

En el verano de 1982, un acontecimiento sacudió al mundo de la arqueología y la historia de México: el robo del Códice Tonalámatl Aubin de la Biblioteca Nacional de Francia, que causó un revuelo diplomático entre México y Francia. Detrás de esta audaz acción se encontraba el abogado y periodista mexicano, José Luis Castañeda del Valle, quien, movido por un profundo amor a su cultura y un sentido de justicia histórica, decidió recuperar un invaluable tesoro que consideraba pertenecía a nuestro país.

Un tesoro sustraído

El Códice Tonalámatl Aubin es un documento prehispánico de inestimable valor, que data del siglo XVI. Este códice, elaborado en papel amate, contiene información sobre el calendario azteca, rituales y cosmovisión. El códice Tonalámatl de Aubin, de origen nahua, es un calendario ritual de carácter adivinatorio.

El códice está pintado en papel amate, de corteza de árbol y se dobla en forma de biombo.  El documento consta de 18 láminas, aunque se sabe que originalmente tenía 20, ya que el calendario ritual de los pueblos nahuas constaba de 20 trecenas (periodos de 13 días).

Para los pueblos mesoamericanos el tiempo era muy importante. Tenía relación con las deidades y todo lo que le sucedía a la gente. Así que se el códice se consultaba para todo, para ir a la guerra, para la siembra, en nacimientos, para casamientos, para comerciar, etc.

Los motivos de Castañeda

José Luis Castañeda del Valle, un hombre apasionado por la historia de México, consideraba que el Códice Tonalámatl Aubin había sido robado lamentablemente, a mediados del siglo XIX, sustraído de México y llevado a Francia de forma ilegal, donde pasó a formar parte de la colección de la Biblioteca Nacional. Impulsado por un fuerte sentido de nacionalismo y un deseo de reparar una injusticia histórica, decidió llevar a cabo una arriesgada operación para recuperar el códice.

La planificación del robo

Castañeda planificó el robo meticulosamente. Viajó a París y se familiarizó con la Biblioteca Nacional, estudiando los sistemas de seguridad y la ubicación del códice. Conocedor de la cultura mexicana, decidió aprovechar una prenda tradicional para ocultar el valioso documento: un sarape. Este amplio manto le proporcionaría el espacio perfecto para esconder el códice sin levantar sospechas.

La ejecución del plan

El día del robo, Castañeda se dirigió a la Biblioteca Nacional, la cual en días previos había visitado haciéndose pasar por investigador, solicitando diferentes piezas mexicanas para su estudio y análisis, dentro de la biblioteca, con el objetivo de ganar la confianza de los vigilantes. Una vez dentro, solicitó consultar el Códice Tonalámatl Aubin. Mientras los encargados de la biblioteca le entregaban el códice, Castañeda lo deslizó hábilmente debajo de su sarape. A continuación, tomó otro códice y lo colocó en el lugar del que había sustraído, creando así una distracción. De esta manera, pudo salir de la biblioteca sin ser detectado.

La huida y la devolución

Con el códice en su poder, Castañeda lo dejó encargado a unos amigos y viajó a Egipto en plan turístico y a España, en busca de otro códice, que también tenía la intención de robar, pero desafortunadamente para su causa, en esos días estaban restaurando, por lo cual, le fue imposible acercarse a él. Entonces regreso a Francia por el botín y posteriormente, regresó a México. Sin embargo, la euforia inicial pronto se transformó en preocupación. La presión internacional y la búsqueda por parte de las autoridades francesas dieron resultado, deteniéndolo en Cancún, con la colaboración de la Interpol, bajo el riesgo de ser entregado a las autoridades francesas lo obligaron a tomar una decisión difícil. Después de varios meses, decidió entregar el códice a las autoridades mexicanas.

La detención y las consecuencias

La entrega del códice no puso fin a la historia de Castañeda. Fue detenido y puesto a disposición de las autoridades mexicanas, quienes lo interrogaron sobre los detalles del robo. A pesar de la complejidad de la situación y las tensiones diplomáticas entre México y Francia, Castañeda, quien fue reconocido como casi un héroe en México, por recuperar el códice de un valor incalculable para la cultura prehispánica, gracias a lo cual, fue finalmente liberado con el apoyo del presidente de México José López Portillo, causando una crisis diplomática entre ambas naciones.

Frente a la exigencia del gobierno francés, para devolver el códice al Biblioteca Nacional de Francia, el gobierno mexicano no mostro mucha cooperación para regresarlo. Inmediatamente las relaciones diplomáticas entre ambos países se enfriaron, se cancelaron eventos, se suspendieron intercambios, colaboraciones, hasta el grado de prohibir la entrada a los mexicanos a la Biblioteca Nacional de ese país, durante nueve años, hasta que en 1991 se cambió al embajador francés en México y se pudo llegar a un acuerdo entre los dos países para que retomara la colaboración binacional de esta controversial disputa, ofreciendo Francia un préstamo por tiempo indefinido de la pieza, teniendo que renovar cada 3 años, sin dejar de ser propiedad de Francia. Acuerdo que se tambaleo profundamente y puso en riesgo la permanencia en México de la pieza, durante la ruptura diplomática surgida en el sexenio de Felipe Calderón, tras el montaje mediático, en el cual era culpada la ciudadana francesa Florence Cassez de supuesto secuestro, bajo una investigación repleta de irregularidades, que puso en duda la veracidad del caso.

El Códice Tonalámatl Aubin hoy

En la actualidad, el Códice Tonalámatl Aubin se encuentra resguardado en México, en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia de México (BNAH), donde puede ser admirado por los estudiosos y el público en general. Su recuperación representó un triunfo para la cultura mexicana y un ejemplo de la importancia de preservar el patrimonio cultural.

Un acto de amor por la patria

La historia de José Luis Castañeda del Valle y el robo del Códice Tonalámatl Aubin es un relato fascinante que combina elementos de aventura, intriga y patriotismo. Si bien las acciones de Castañeda fueron cuestionadas por muchos, su amor por México y su determinación para recuperar un tesoro nacional son indiscutibles. Los códices prehispánicos son testigos de una civilización milenaria y contienen conocimientos valiosos sobre nuestra historia y nuestras raíces.

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